Anexo II

Anexo II: Análisis de Conducta y Comportamiento

A. Personalidad de Adolf Hitler

a.   Testimonio de Adolf Hitler

«Ni las amenazas ni advertencias me impedían ir a mi manera.Yo sigo el camino que me asignan por la Providencia, con la seguridad instintiva de un sonámbulo. Mi destino es la paz basada en la igualdad de derechos de las naciones.”

b.   Discurso de Hitler, octubre de 1941

 «Desde la tribuna del Reichstag, profetizo a los judíos que, en el caso de la prueba inevitable la guerra, el Judío desaparecerá de Europa. Esa raza de criminales tiene en su conciencia el millón de muertos dos de la Primera Guerra Mundial. En primer lugar, y ahora ya cientos y miles más. ¡Que nadie me diga que de todos modos no podemos aparcar en las zonas pantanosas de Rusia! ¿Quién se preocupa por nuestras tropas? No es una mala idea, por cierto, que el rumor público nos atribuye un plan para exterminar a los Judios. El terror es algo saludable.» 

c. Testimonio de Adolf Hitler

“La naturaleza es cruel, por lo que también tenemos el derecho de ser cruel.  Cuando envío la flor de la juventud alemana a la lluvia de acero de la próxima guerra sin sentir el menor pesar por la preciosa sangre alemana que se derrama, ¿no tienen también el derecho a eliminar a millones de una raza inferior que se multiplica como parásitos?”

d. Hitler habla de los médicos de la Unión en abril de 1933 en la purificación racial del pueblo alemán.

«Los mayores logros en la vida intelectual no pueden ser producidos por los de raza extraterrestre, sino sólo por aquellos que se inspiran en el espíritu ario o alemán. En vista de la estrechez del espacio en el cual el trabajo intelectual alemán y los trabajadores alemanes intelectuales tienen que vivir, ellos tienen un derecho natural y moral de reclamar su precedencia y preferencia. Si el número de extranjeros admitidos a participar en la vida intelectual alemana estaba fuera de proporción con el número de alemanes nativos que comparten en la vida, los extranjeros podrían interpretar esto como un reconocimiento de la superioridad intelectual de otras razas.»

e. Adolph Hitler hablando a una multitud en el Palacio de los Deportes de Berlín, el 30 de enero de 1942.

 «Y decimos que la guerra no terminará como los judíos imaginan que, a saber, con el desarraigo de los arios, si el resultado de esta guerra será la aniquilación completa de los judíos.”  

f. Varios testimonios de Adolf hitler respecto a las masas:

«Las masas son como un animal que obedece a instintos.»
«Las masas de nuestro pueblo, cuya tímida docilidad corresponde a su falta de inteligencia.»
«La función principal (la propaganda), es convencer a las masas, cuya lentitud de comprensión de las necesidades debe darse tiempo, a fin de que puedan absorber la información, y sólo la repetición constante, finalmente tendrá éxito en la impronta de una idea en su mente… El éxito de cualquier anuncio, ya sea de una empresa o un carácter político, depende de la coherencia y la perseverancia con que se emplea. «  
«Estas tácticas se basan en una estimación precisa de la fragilidad humana y deben llevar al éxito, con casi certeza matemática.»  

g. Discurso pronunciado por Hitler en Salzburgo, 7 u 8 08 1920. (NSDAP meeting) (Sesión NSDAP)

 La siguiente cita es de una transcripción taquigráfica.

Esta es la primera exigencia que debemos elevar e invertir el Tratado Versalles: que nuestro pueblo sea puesto en libertad, que estas cadenas se revienten, que Alemania sea una vez más el capitán de su alma y dueño de sus destinos, así como con todos aquellos que quieran unirse a Alemania (Aplausos).

Y el cumplimiento de esta demanda primero y luego se abrirá el camino para que todas las otras reformas. Y aquí hay una cosa que quizás nos distingue de usted por lo que nuestro programa se refiere, a pesar de que está muy en el espíritu de las cosas: nuestra actitud hacia el problema judío.

Para nosotros, esto no es un problema que puede hacer la vista gorda para ser resueltos por pequeñas concesiones. Para nosotros, es un problema de si nuestra nación nunca puede recuperar su salud, si el espíritu judío nunca puede realmente ser erradicado. No se deje engañar en pensar que pueden luchar contra una enfermedad sin matar al portador, sin destruir el bacilo. ¿No cree que pueden luchar contra la tuberculosis racial sin el cuidado para librar al país de la compañía de que la tuberculosis racial? Esta contaminación judía se no se hunde, este envenenamiento de la nación no terminará, hasta que el propio transportista, el Judío, haya sido desterrado de nuestro medio. “(Aplausos)

h. Testimonio de Adolf Hitler acerca del Nacionalsocialismo:

«Cuando la cuestión sigue siendo que se nos presentan, por el nacionalsocialismo, peleas con fanatismo contra el elemento judío en Alemania, ¿por qué sigue siendo presionado y presiona para su retirada?, la respuesta sólo puede ser: Debido a que el nacionalsocialismo desea establecer una auténtica comunidad de la gente…. Porque somos nacionalsocialistas,  nunca puede sufrir una raza alienígena que no tiene nada que ver con nosotros para reclamar el liderazgo de nuestro pueblo trabajador. »  

B. Psicología de masas, normalización en dirigentes y afiliados nazis.

a. EXPERIMENTO DE ASCH

Los experimentos de conformidad con el grupo del Asch realizados en 1951 fueron unos experimentos que demostraron la consideración del poder de la conformidad en los grupos. La base del experimento fue pedir a unos estudiantes para que participaran en una “prueba de visión”. La cuestión es que excepto un participante, el resto eran cómplices del experimentador. El experimento en sí consistía en ver cuál era la reacción del estudiante frente al comportamiento de los cómplices. Los participantes voluntarios, inclusive los cómplices, estaban sentados en una sala de clase dónde se les pedía que dijeran a su modo de ver cuál era la longitud de varias líneas dibujadas que diferían unas de otras,  en una serie de exposiciones. A estos se les preguntaba si una línea era más larga que otra, cuáles tenían la misma longitud, preguntas similares referentes a las líneas visionadas y finalmente tenían que señalar con cuál de las líneas de comparación coincidía con la línea original. Exceptuando al sujeto verdadero, los cómplices habían sido preparados para dar todas las respuestas.

b. EXPERIMENTO DE MILGRAM

Dicho experimento se llevó a cabo de la siguiente forma:

Un anuncio en un periódico reclamaba voluntarios para participar en un ensayo denominado “estudio de la memoria y el aprendizaje” con una retribución monetaria por la participación.

Los voluntarios que se ofrecieron para participar en la investigación desconocían la verdadera finalidad del experimento. Los participantes eran de diversas edades y de todo tipo.

En dicho experimento se requería la participación de tres personas, unas de las cuales seria el “experimentador”, el “maestro” (el voluntario que se ofreció para participar) y finalmente el “alumno”, este último seria un cómplice del experimentador que también se haría pasar por participante voluntario.

La función del “maestro” era castigar con descargas eléctricas al “alumno” cada vez que éste de una respuesta errónea. Cada uno escoge un papel de una caja que determinará el respectivo rol en el experimento, pero en realidad en ambos papeles consta como maestro, por tanto el participante se ve forzosamente a ejercer de “maestro”

El experimento se lleva a cabo en una sala separada por un módulo de vidrio, dónde a un lado se sitúa el “maestro” y al otro el “alumno” sentado en una especie de silla eléctrica, dónde es atado para impedir un movimiento excesivo. El experimentador explica que las descargas pueden llegar a ser extremadamente dolorosas pero sin daños irreversibles.

A los participantes se les comunicaba que el experimento estaba siendo grabado, para que supieran que no podrían negar a posteriori lo ocurrido.

Antes de comenzar el experimento se aplica una descarga real de 45 voltios tanto al “maestro” como al “alumno” a fin de que el maestre compruebe el dolor y castigo que va a emitir con cada sanción.

El “maestro” parte de una lista con pares de palabras que ha de enseñar al “alumno” que éste leerá y tras finalizar proporcionará la mitad de los pares de palabras dando al “alumno” cuatro posibles respuestas para cada una de ellas.

Éste indicará cuál de estas palabras corresponde con su par leída presionando un botón. Si la respuesta es errónea, el «alumno» recibirá del «maestro» una primera descarga de 15 voltios que irá aumentando en intensidad hasta los 30 niveles de descarga existentes, es decir, 450 voltios. Si es correcta, se pasará a la palabra siguiente.

En realidad las descargar no son reales, todo es una simulación que el cómplice finge ya que a priori ha sido aleccionado por el investigar para simular los efectos de las sucesivas cargas. El cómplice comenzará a golpear el vidrio, a quejarse de sus problemas con el corazón, aullará de dolor, pedirá reiteradamente el fin del experimento, y aproximadamente hacia los 270 voltios gritará de agonía. Todo esto será una simulación, una grabación que el “maestro” estará escuchando creyendo ser verdad. Si el nivel de supuesto dolor alcanza los 300 voltios, el «alumno» dejará de responder a las preguntas y se producirán estertores previos al coma.

Según el experimento iba avanzando, generalmente los “maestros” se ponían muy  nerviosos ante las quejas de dolor, pero finalmente cedían a seguir continuando viéndose bajo la férrea autoridad del investigador. Hacia los 135 voltios muchos participantes se detenían aturdidos, pero cierto número continuaban detallando que no se responsabilizaban de las posibles consecuencias. Algunos incluso comenzaban a reír nerviosos al oír los gritos.

Cuando se daba el momento en que el participante expresaba su deseo de abandonar, el investigador imperativamente les indicaba continuar, y según el grado empleaba las siguientes órdenes:

–      Continúe, por favor.

–      El experimento requiere que usted continúe.

–      Es absolutamente esencial que usted continúe.

–      Usted no tiene opción alguna. Debe continuar.

Si después de esta última frase el «maestro» se negaba a continuar, se paraba el experimento. Si no, se detenía después de que hubiera administrado el máximo de 450 voltios tres veces seguidas.

En el experimento original, el 65% de los participantes aplicaron la descarga de 450 voltios, aunque muchos se sentían incómodos al hacerlo. Sin embargo no se dio ningún caso en que participante se negase rotundamente a aplicar más descargas antes de alcanzar los 300 voltios.

El estudio posterior de los resultados y el análisis de los múltiples tests realizados a los participantes demostraron que los «maestros» con un contexto social más parecido al de su «alumno» paraban el experimento antes.


c. EXPERIMENTO DE ZIMBARDO

Por medio de anuncios en los periódicos, se reclutaron a los participantes para participar en la “simulación de una prisión”. Se seleccionó un grupo de 24 jóvenes, que fue dividido aleatoriamente en dos mitades; los “prisioneros” y los “guardias”. En la división no había diferencias objetivas de estatura o complexión entre los grupos.

El experimento se llevo a cabo en el sótano del departamento de psicología de Standford, que había sido organizada como una cárcel ficticia. El investigador asistente sería el “alcaide” y el propio Zimbardo el “superintendente”. Este estableció algunas condiciones concretas que esperaba que desorientaran a los participantes.

Los participantes a los que se les había asignado el cargo de guardias recibieron porras y uniformes de inspiración militar. También se les proporcionaron gafas con efecto espejo para evitar el contacto visual con los “prisioneros”. A diferencia de los prisioneros, los guardias trabajarían en turnos y volverían a casa durante las horas libres, aunque durante el experimento muchos se prestaron voluntarios para hacer horas extra sin ningún tipo de paga adicional.

En cambio los prisioneros debían vestir sólo batas de muselina y sandalias con tacones de goma. Zimbardo las escogió para forzarles a adoptar posturas corporales no familias y contribuir a su incomodidad para propiciar la desorientación. A los prisioneros se les designó por números en lugar de por sus nombres, números que aparecían cosidos a los uniformes. Para simular que tenían las cabezas rapadas, a semejanza de los reclutas en entrenamiento, debían llevar medias d nylon en la cabeza. Para finalizar estos deberían llevar una cadena alrededor de los tobillos como “recordatorio” de su opresión.

Antes de comenzar el experimento, únicamente los guardias tuvieron que asistir a una breve reunión de orientación dónde se les dijo que era su responsabilidad dirigir la prisión, de modo que lo hicieran de la forma que creyesen más conveniente. Realmente con exactitud no se les proporcionaron reglas explícitas aparte de la prohibición de ejercer la violencia física. 

Zimbardo se dirigió a los guardias y les transmitió las siguientes instrucciones:

“Podéis producir en los prisioneros que sientan aburrimiento, miedo hasta cierto punto, podéis crear una noción de arbitrariedad y de que su vida está totalmente controlada por nosotros, por el sistema, vosotros, yo, y de que no tendrán privacidad… Vamos a despojarles de su individualidad de varias formas. En general todo esto conduce a un sentimiento de impotencia. Es decir, en esta situación tendremos todo el poder y ellos no tendrán ninguno.”

A los participantes que habían sido seleccionados para desempeñar el papel de prisioneros se les dijo simplemente que esperasen en sus casas a que se les “visitase” el día que empezase el experimento.

Sin previo aviso fueron imputados por robo a mano armada y arrestados por policías reales que cooperaron en esta parte del experimento.

Los prisioneros pasaron un procedimiento completo de detención por la policía. Tras este proceso fueron trasladados a la prisión ficticia, donde fueron inspeccionados desnudos, despojados y se dieron sus nuevas identidades

Los resultados del experimento fueron vertiginosos. Los prisioneros sufrieron un tratamiento sádico y humillante por parte de los guardias, y muchos mostraron graves trastornos emocionales. El primer día fue relativamente pueril, pero el segundo día se desató un motín. Los guardas acataban a los prisioneros con extintores sin la supervisión directa del equipo investigador. Dividieron el grupo de prisioneros y los enfrentaron situándolos en bloques de celdas, “buenos” y “malos”, haciéndoles creer que entre ellos había soplones.

Los recuentos de prisioneros, que inicialmente habían sido ideados para ayudar a los prisioneros a familiarizarse con sus respectivos números identificativos, evolucionaron hacia experiencias traumáticas en las que los guardias atormentaban a los prisioneros y les imponían castigos físicos, que incluían ejercicios forzados.

Se abandonaron rápidamente la higiene y la hospitalidad. El derecho de ir al lavabo pasó a ser un privilegio que podía ser denegado. Se obligó a algunos prisioneros a limpiar retretes con sus manos desnudas. Se retiraron los colchones de las celdas de los «malos» y también se forzó a los prisioneros a dormir desnudos en el suelo de hormigón. La comida también era negada frecuentemente como medida de castigo. También se les obligó a ir desnudos y a llevar a cabo actos homosexuales como humillación.

A medida que el experimento evolucionó, muchos de los guardias incrementaron su sadismo. Los investigadores vieron a aproximadamente un tercio de los guardias mostrando tendencias sádicas genuinas. Muchos de los guardias se enfadaron cuando el experimento fue cancelado.

Los prisioneros comenzaron a mostrar desórdenes emocionales agudos. Los llantos y el pensamiento desorganizado se volvieron muy comunes entre estos. Dos de los participantes sufrieron tales traumas que tuvieron que ser retirados del experimento y fueron reemplazados. Zimbardo argumentó su tesis de que los participantes habían internalizado sus papeles, ya que cuando se les ofreció la “libertad condicional” a cambio de toda su paga, aceptaron el trato, pero contrariamente cuando la libertad fue rechazada, ninguno abandonó el experimento. El autor afirma que no tenían ninguna razón para seguir participando si eran capaces de rechazar su compensación material para abandonar la prisión.

El experimento fue cancelado a los seis días, tras hablar con Christina Maslach, puesto que, de cincuenta personas externas al experimento que habían visionado la prisión, solamente ella había cuestionado la moralidad del experimento. Muchos de los guardianes se quejaron de que el experimento se cancelara.

 d. EXPERIMENTO DE LA CUEVA DE LOS LADRONES

La investigación se llevó a cabo en un amplio espacio de propiedad de los Boy Scouts que se hallaba completamente rodeador por el Parque Estatal Cueva de los Ladrones.

Carolyn Sherif fue presentado como guarda del campo. El equipo del estudió observó a un grupo de 22 adolescente varones de 11 años de edad, todos ellos con una experiencia de vida similar. Estos fueron trasladados al lugar por autobuses en dos grupos de once personas. Ninguno de los grupos no sabían de la existencia del otro. Los jóvenes fueron asignados en dos áreas bastante lejanas la una de la otra, de modo que garantizaba que durante los primeros días del estudio la existencia del otro grupo fuera totalmente ignorada.

Después de entre dos y tres días, los dos grupos desarrollaron espontáneamente jerarquías sociales internas.

El experimento fue dividido en tres fases.

En primer lugar la formación de los grupos, en segundo lugar las fricciones, que incluyó los primeros contactos entre los grupos, y las competencias deportivas, etc. Finalmente la integración de ambos grupos, con la consecuente disminución de fricciones.

Ninguno de los muchachos se conocía previamente al experimento, pero la hostilidad entre grupos fue observada rápidamente. Las actividades de la segunda fase se ejecutaron según lo planeado pero la comprobación de su éxito fue temprano. La rivalidad entre los grupos se incrementó al punto en que el equipo del estudio concluyó las actividades de producción de fricción debido a su inseguridad. La segunda fase concluyó y se inició la tercera.

Para disminuir la fricción y promover la unidad entre ambos grupos Sherif ideó e introdujo tareas que requirieron la cooperación entre ambos grupos. Estas tareas se refieren en el estudio como objetivos súper-ordenados. Una meta súper-ordenada es un deseo, un desafío, un lío o un peligro que ambas partes en un conflicto social necesitan resolver, y que no puede resolver ninguno de los dos grupos por sí solo.

Los retos propuestos por los Sheriff incluían un problema de escasez de agua, un camión de campo atascado que necesita mucha fuerza para ser devuelto al campo, etc. Éstas y otras colaboraciones necesarias causaron que disminuyese el comportamiento hostil. Los grupos se entrelazaron hasta el punto que al final del experimento los muchachos insistieron en volver a casa todos en el mismo autobús.